El miércoles 20 de Febrero, en Bogotá, nos volvimos a encontrar los pasos que vienen construyendo una nueva Colombia desde la Guajira hasta el Putumayo, desde el Choco hasta el Vichada, nos reconocimos de nuevo en esos sueños compartidos de un nuevo país con justicia social. Esta vez, volvimos a mirarnos a los ojos de un nuevo color, el de la esperanza, el de la actividad, el de la organización, y el de las ideas nuevas de transformación, con un pensamiento claro en el andar: Seguir en la construcción de caminos de dialogo que nos llevarán a la paz, vinimos a estrechar nuestras manos saludando el Lanzamiento de las Constituyentes por la Paz con Justicia Social.
Sabemos muy bien que la
construcción en comunidad no se hace si no por el reconocimiento de la
experiencia y las propuestas del compañero, de la madre, del padre, de la hija,
del parcero, entonces sabemos también que es desde los espacios locales,
regionales, en donde conspiramos y construimos esta patria distinta que
soñamos, para luego encontrarnos y hacer realidad el país de todos los acentos,
de todos los aromas, y de todos los colores que necesitamos para vivir en
plenitud nuestra dignidad.
Es por eso que hemos puesto en
marcha las Constituyentes por la paz, enmarcadas en la idea subversiva de
retomar el poder constituyente que nos corresponde, sabernos y actuar como el
constituyente primario, ese que le da sentido a la forma de organización de la
sociedad, porque constituido en él respondería, sin dudarlo, a las necesidades
que nos aquejan y al fomento de las posibilidades que nos potenciarían como
seres humanos nuevos y libres. Pero resulta, que ese tipo de poder, el
originario, es el mismo que nos ha sido negado y ocultado, para que en efecto
no se haga realidad una tierra en la que todos tengamos qué comer, en donde
estudiar, en la cual trabajar, fue escondido para que no pudiéramos ejercerlo y
así se nos arrebatara la oportunidad de decidir sobre nuestro vivir, por impedírnoslo
nos han condenado a sobrevivir.
Pero en este nuevo amanecer como
movimiento social no se nos olvida que la soberanía es nuestra y de nadie más,
que nos pertenece y debemos hacerla valer, en ese sentido, nuestra propuesta va
encaminada a retomar el poder creativo, el de la transformación, a recuperar
comunitariamente ese deber, ese derecho que es nuestra capacidad de determinar
nuestra vida, nuestras condiciones y nuestro ambiente, entendernos como el
poder que antecede a cualquiera, aquel que por medio de la unidad todo lo puede
lograr.
Te invitamos, con la alegría que
da la esperanza, a que hagas parte de estos escenarios de discusión, a que
llenes de tus cantos nuevos este proceso de transformación, y conformemos
juntos este eslabón, que unido a los de otras acentos y otras montañas, puedan
llevar a cabo la patria amable por la que tanto hemos luchado.
Observatorio de Derechos Humanos Iván David Ortíz
Federación de Estudiantes Universitarios
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