4 DE ENERO DE 2014
En innumerables ocasiones, el gobierno de Juan Manuel Santos le ha “exigido” con arrogante actitud a la insurgencia gestos políticos de paz, sin preguntarse qué gestos ha tenido éste para demostrar su vocación por resolver de forma incruenta el conflicto armado que nos agobia. Su único gesto ha sido, y no precisamente de paz, el de reforzar la guerra y el despojo: aprobar el fuero penal militar, aumentar el presupuesto para las fuerzas armadas, continuar los bombardeos en el campo, extender los dispositivos de criminalización de la protesta social y efectuar la judicialización de quienes participan en ella o ejercen un liderazgo, la implementación de la reformas a la salud, la justicia y al régimen fiscal para aumentar la expoliación de los pobres, son paradójicamente las señales de “cambio” que el presidente le da al país.
Contrario a lo acordado con la insurgencia sobre el segundo punto de discusión de la agenda pactada en el “acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, concerniente a la participación política, el gobierno colombiano mantiene la cacería contra las fuerzas de oposición así como su complicidad o participación en la exterminación física de las expresiones sociales que como Marcha Patriótica, tienen una propuesta de paz distinta a la idea de pacificación que Santos sueña, idea colmada de cárceles y tumbas. Prueba de ello, ha sido el asesinato de 25 líderes de la Marcha Patriótica durante el año 2013, la detención y el montaje judicial contra dirigentes estudiantiles de este movimiento como Carlos Lugo, Jorge Eliécer Gaitán y Ómar Marín, de dirigentes campesinos como Huber Ballesteros, amenazas de muerte como la que sufrió recientemente la líder campesina Olga Lucia Quintero y a lo cual, se suma hoy la detención de FRANCISCO TOLOZA, reconocido docente, líder social y miembro de la Junta Patriótica Nacional.
Hoy, el movimiento popular, la gente de a pie que decidimos afrontar la violencia del Estado y de sus fuerzas paramilitares, le exigimos al gobierno colombiano, que realice su primer gesto de paz, inexistente al cumplirse más de un año del inicio del proceso de conversaciones con la insurgencia de las FARC-EP. Un gesto que demuestre si existe en verdad el compromiso del Estado y del gobierno actual por dar las garantías para que las mayorías, las personas que no confiamos en este régimen político y que hemos sido excluidas mediante el uso de la moto sierra, las amenazas de muerte, la desaparición forzada, el exilio y por supuesto la cárcel, podamos participar en el escenario público para resolver los problemas comunes a la sociedad colombiana. El pueblo colombiano ha decidido cambiar su futuro y no quiere vivir un nuevo genocidio ni la prolongación de la barbarie. Ese fue el mensaje de los campesinos en paro, de los estudiantes marchando, de los indignados en la plaza de Bolívar.
Hacemos un llamado para que la solidaridad se haga efectiva y exijamos que se detenga este montaje judicial. Reclamemos la libertad inmediata del profesor FRANCISCO TOLOZA y de todas las personas que por razones políticas se encuentran privadas de su libertad.
Ninguna forma de represión implementada por la familia de la guerra, será suficiente para detener el ascenso del movimiento popular y su vocación de paz con justicia social. Nuevas luchas se auguran para este 2014. Una nueva etapa histórica de cambios y transformaciones sin precedentes se vislumbra en Colombia.
COMITÉ EJECUTIVO DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS FEU-COLOMBIA.
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